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Qué tener en cuenta para comprar un colchón

Los expertos en equipos de descanso recomiendan cambiar de colchón como máximo cada 10 años, y lo mejor es no escatimar a la hora de comprar un colchón, pues pasamos un tercio de nuestra vida durmiendo y el descanso es importante para rendir bien el resto del día. No obstante, ¿cómo saber qué colchón comprar entre todos los que encontrarás en la tienda online? A continuación, te decimos qué tener en cuenta a la hora de comprar un colchón

Físico del durmiente 

El físico de las personas que van a dormir sobre el colchón es muy importante. El aspecto más obvio es la altura, pues al dormir nunca deben quedar los pies colgando, pero ¿sabías que, con la cabeza apoyada en la almohada, es recomendable que todavía queden 10-15 cm extra en la zona de los pies para que el durmiente se pueda mover con comodidad sin riesgo a que le asomen los pies por debajo? 

Asimismo, el peso es un factor a tener en cuenta. Cuanto más pese la persona que va a dormir en la cama, mayor firmeza deberá tener el colchón. Un tipo de colchón con un alto grado de firmeza es el de muelles ensacados, mientras que los colchones de viscoelástica se pueden comprar de baja o alta densidad. Cuanta más densidad tenga, mejor soportarán el peso sin deformarse de forma anticipada. 

¿Cómo duermes? 

Lo que el durmiente hace mientras duerme también es muy importante a la hora de comprar un colchón. De esta forma, quienes se muevan mucho durante la noche necesitarán un colchón firme que les permita cambiar de postura sin esfuerzo y no les haga sentir “atrapados”. Por su parte, los más tranquilos pueden elegir colchón según la postura en la que suelan dormir: si se duerme boca arriba es interesante adquirir un colchón duro para evitar malas posturas de la columna vertebral; si se duerme de lado un colchón de dureza intermedia que se adapte a los hombros y las caderas; y si se duerme boca abajo, un colchón blando para prevenir malas posturas del cuello y evitar una excesiva torsión de la columna. 

Sensación térmica 

Los frioleros y calurosos también tienen que tener cuidado a la hora de elegir un colchón, pues según el material por el que se opte los colchones transpiran mejor o peor y, en consecuencia, generan mayor o menor sensación térmica. De esta forma, los calurosos se sentirán más a gusto en un colchón de muelles, pues al transpirar mejor dan mayor sensación de frescor. Y quienes suelan pasar frío en la cama, pueden optar por un colchón viscoelástico o uno de látex, que guardan mejor el calor. 

¿Duermes solo o acompañado? 

Tener en cuenta si se duerme solo o acompañado también es importante a la hora de comprar un colchón puesto que tener a alguien al lado, que se mueve durante la noche, puede dificultar el sueño si no se elige un buen colchón. Para parejas, los colchones más recomendados son aquellos que tienen independencia de lechos, de tal forma que el colchón es capaz de absorber los movimientos de uno de los durmientes para no molestar al otro, y viceversa. Es como si las dos mitades del colchón estuvieran aisladas la una de la otra para no molestarse entre sí. 

Y si buscas un colchón de matrimonio ten en cuenta también que, de pequeños, muchos hemos dormido en un colchón de 90×190, por lo que para gozar del mismo espacio en una cama de matrimonio debería optarse por un colchón de 180×200, un tamaño que está muy de moda últimamente, aunque lo cierto es que las camas de 150×190 para matrimonios siguen siendo bastante comunes. 

¿Dónde se apoyará el colchón? 

La vida útil de los colchones es de 10 años, pero las bases pueden usarse durante mucho más tiempo, y aunque es algo que muchos no saben, la superficie donde se apoyará el colchón es vital a la hora de elegir qué tipo de colchón puedes colocar encima.  

¿Por qué? Porque según el tipo de base que se coloque, el colchón podrá ventilarse mejor o peor. En este sentido, los somieres de láminas son el tipo de base más versátil, pues se pueden usar con casi cualquier tipo de colchón, con la excepción de los de muelles ensacados, que es preferible usar con una base firme. Por su parte, a los somieres de láminas articulados se les aplica el mismo concepto, aunque en este caso se recomienda especialmente usarlos con colchones de látex pues son los más flexibles. 

Por otro lado, las bases tapizadas se recomiendan sobre todo con colchones de muelles, aunque en principio podrían usarse con cualquier tipo de colchón siempre que la base sea transpirable. No obstante, es importante tener en cuenta que si el colchón se va a colocar en una zona con mucha humedad (por ejemplo, una casa junto a la playa) el uso de bases tapizadas no está recomendado, pues pueden experimentar problemas de humedad. Estas peculiaridades se acrecientan con los canapés abatibles al tener el espacio de debajo cerrado. 

Ahora que ya sabes qué debes tener en cuenta a la hora de comprar un nuevo colchón, no lo dudes más y renueva tu equipo de descanso. ¡Lo notarás en tu día a día! 

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